UN BUEN DESAYUNO
Si la prueba para la que te preparas tiene lugar por la tarde probablemente andes demasiado nervioso debido al “gran día” como para comer de un modo tranquilo y reposado. Se aconseja tomar un buen desayuno (por supuesto, nada de experimentos) para cargar de hidratos de carbono tu organismo. La comida debería ser algo más ligera, ya que muchas de las carreras de San Silvestre se disputan a las 6 de la tarde. Podrás atiborrarte, si así lo deseas, en la cena de Nochevieja.
TODO LISTO
Por una vez los propósitos de Año Nuevo pueden comenzar el día 31 de diciembre. Haz bien los deberes antes de salir de casa hacia la carrera. Aprovecha para ir al servicio, llevar en una mochila algo de ropa seca de recambio para después, depositar la misma en el guardarropa antes de correr, anudarte correctamente el chip, hidratarte de un modo adecuado antes de la carrera y llevarte una camiseta de algodón o un buen plástico para no perder el calor antes de salir. Cuando llegues a meta (felicidades), abrígate lo antes posible porque tu temperatura corporal descenderá muy, muy rápido. Y nadie quiere celebrar la entrada del Año Nuevo con una pulmonía, ¿verdad
OLVÍDATE DEL RELOJ
Deja las ansias típicas de la competición para otro día. La mayor parte de los corredores de las San Silvestres a lo largo y ancho del país se toman la prueba como una fiesta, con lo que ello conlleva, como nos señalan Roger Jalón, Claudio Heidel, Eduardo Rodríguez, Diego Ramos, Suso Carrillo… Empápate de la gente, del ambiente, de la magia, y olvídate de las marcas y de los ritmos, el año tiene otros 364 días para disfrutar a tope de la competición.
CORRE ALGO ANTES
Si te decantaste por correr la San Silvestre Vallecana (en la que corren más de 30.000 participantes) el asegurarse un buen puesto en salida es algo fundamental, como indica Nacho Villalba. En la prueba popular se establecen unos cajones de salida según la marca que hayas acreditado este año en pruebas homologadas de 10 kilómetros por la RFEA. Salir en el cajón adecuado te garantizará correr junto a corredores de tu mismo nivel y, al mismo tiempo, evitar pasar buena parte de los 10 kilómetros de la carrera sorteando a corredores mucho más lentos que tú (pero que estaban en el cajón correspondiente a su tiempo, ya que hicieron sus deberes).
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